Mi nombre es Javier Ramiro Guanga Pascal. Soy Attɨm Awá, gente de la selva, defensor del territorio, apreciador del río y movido por la pasión de la música de chonta.
Nací en las lomas de Wakpí, en el Río Caracol, muy cercana al río La Guaña, en el corazón del territorio de mis abuelos Aniceto Pascal y Angélica Canticuz, cercano a la comunidad El Sábalo, en el Resguardo El Gran Sábalo.
Por parte de mi padre, Rosa Pai, y de mi abuelo Belisario Guanga, mis raíces provienen del territorio de Imbapí, en el Resguardo Hojal La Turbia, cercano a la frontera con Ecuador.
Desde mi niñez crecí caminando entre El Sábalo e Imbapí, escuchando los sonidos de la selva, los cantos de la comunidad y las bonitas melodías de la marimba. En la comunidad de Imbapí, donde también viví parte de mi infancia, la marimba estaba presente en los encuentros, en las fiestas, en la vida cotidiana. Recuerdo cómo, entre juegos de niños, la marimba ya se iba sembrando en mí. Allí nació ese despertar profundo por su sonido, por su vibración que toca el corazón del territorio.
Más adelante, en mi juventud, seguí ese llamado. Compartí con sabedores y músicos de distintas comunidades del resguardo El Gran Sábalo, como Santiago Pascal, de Trinchera (ya fallecido), quien me marcó desde muy niño; Jorge Pascal, de la comunidad del Verde (también fallecido), un músico admirable por su destreza y sensibilidad; Jaime Pascal, hijo de Santiago, actual docente en la IETABA, con quien hemos compartido aprendizajes y caminos musicales, y a quien tengo un profundo aprecio y admiración, ya que fue con él con quien perfeccioné las tonadas en las bases; y Enrique Pascal, hijo de Jorge, aún activo y sabedor del arte marimbero.
A cada uno les agradezco, porque de ellos he aprendido —con paciencia y dedicación— lo que hoy conservo como parte de mi ser. La marimba no solo se aprende despacio, se aprende sintiendo desde el corazón, se aprende con profundo respeto hacia quienes la han hecho sonar durante generaciones. Siempre guardo los audios que grabé a Jorge Pascal, grabaciones que hicimos junto al profesor Ademelio Canticus. Esos audios los atesoro. También conservo grabaciones del maestro marimbero Israel Pai, otro músico destacado y admirado. No sé quién es el autor de esa grabación, pero también la valoro mucho.
Este vínculo con la música me llevó también a interesarme por la guitarra, instrumento que me ha cautivado por su sonoridad, por sus posibilidades de componer y acompañar mi voz. He ido aprendiendo por cuenta propia, en las pausas del camino, componiendo canciones en awapit y en español, donde cuento nuestras historias, la vida en la selva, los procesos comunitarios, la siembra, el río, el maíz, el alma. También cuento lo que nos pasa: lo bueno y lo malo, los retos y los desafíos, los logros, pero también las enormes dificultades.Junto a mi primo Ever Gabriel Bisbicus Pascal, he participado en la creación de rondas infantiles en idioma awapit, cantadas por niñas y niños de nuestras comunidades. Posteriormente, se grabó un videoclip musical, y hoy sigo escribiendo canciones como una forma de caminar en la memoria viva desde el canto, como una forma de resistir, una forma de vivir la libertad, la armonía, de llevar mensajes de cuidado de la selva y la cultura, del plan de vida del Wat Uzan.
Por otro lado, junto a Gabriel Bisbicus, fundador de la UNIPA, hemos trabajado en la creación de la obra Ip Awá – Gente del Trueno, una narración ancestral que recoge los ecos de nuestra historia y espiritualidad como pueblo. A partir de la narrativa del mayor sabedor Santiago Pascal, pudimos realizar esta obra para las niñas, niños Awá y la comunidad en general.
Mi caminar ha estado entrelazado con los procesos organizativos de la UNIPA, donde fui parte de la guardia indígena, y participé con entusiasmo en los escenarios impulsados por nuestras autoridades, especialmente en procesos de liderazgo juvenil. Más adelante fui secretario y luego gobernador del Resguardo Indígena Awá El Gran Sábalo (2016–2017). Acompañé también la Consejería de Comunicación de la Voz de los Awá, donde descubrí mi vocación por la escritura, la entrevista, el archivo sonoro y la sistematización de la palabra comunitaria.
Actualmente, soy docente en el Centro Educativo Indígena Awá El Gran Sábalo, en la sede 1 de la comunidad. Desde allí, acompaño procesos de educación propia, fortalecimiento del idioma awapit, formación cultural y liderazgo con niñas, niños y jóvenes. Estamos haciendo un gran equipo de trabajo para consolidar los caminos del PEC – Proyecto Educativo Comunitario Attɨm Awá.
He sido parte de la Consejería de Educación de UNIPA, especialmente en la creación de materiales didácticos, como el Diccionario del Idioma Awapit, y en otras obras colectivas.
Este blog es parte de esa necesidad de compartir lo que hemos vivido y construido colectivamente, no para acumular, sino para inspirar. Aquí florecen historias, sonidos, fotos, documentos, reflexiones, cantos y sueños que hacen parte de nuestro Wat Uzan —el buen vivir.
Este es un camino de palabra y música, tejido con memoria, identidad y selva.
Soy Attɨm Awá.Somos ɨnkal Awá, gente de la selva.