Attɨm Awá Mainkin Kuinta 



Un joven Attɨm Awá vivía junto a su madre en la selva, le gustaba mucho ir de pesca, acostumbraba ir todos los días, después de la pesca en el atardecer regresaba con suficiente pescado en su higra, todo fluia normal hasta entonces. En otra ocasión llegó a casa con un actitud pensativa, le comentaba a su madre lo que le había sucedido esta vez, entonces le dijo:

– Madre, cuando estoy en la pesca siento que alguien me ve, ésta vez me ha tirado cascara de chontaduro, ¿qué será?, ¿quién será?, cada vez que estoy de pesca sucede igual, pero no descubro que es, no se deja ver, decía.

La madre con asombro le escuchó cuidadosamente a su hijo, temía de los peligros que había a su alrededor, y le dijo que se cuidara. Al día siguiente aquel joven se marchó como de costumbre a ir de pesca, ya estando allí a lado del rio, en el transcurso de la pesca, volvió a ocurrir aquel mismo acto de las vez pasada, pero esta vez tenía la ilusión de descubrir, deseaba saber que era lo que ocurría, o a lo mejor saber quién era, al mismo tiempo se sentía paciente; hasta que al fin descubrió, ésta vez pudo ver, se dio cuenta de que era una mujer, una bella mujer joven acompañado de su pequeña hermana, entonces se acercó para dialogar, porque parecía no tener malas intenciones, le saludo amablemente y pregunto dónde vivía, la mujer le respondía, diciendo; - yo, vivo no tan lejos de aquí, y lo invitó a ir a casa, lo mismo hizo el joven, pero no acepto, le dijo el joven Awá: “kuarɨn”,ninguno de los dos aceptaron la invitación que se proponían, y regreso hacia su casa feliz, y le comento a su madre que esta vez si la había visto y se dio cuenta quién era la persona que le tiraba cascara de chontaduro. La madre de aquel muchacho en medio de la preocupación preguntó ¿quién es?. Respondió; es una mujer bonita, comento lo ocurrido en detalle, y que estaba pensando en la propuesta que le había hecho esa bella mujer, estaba siendo invitado y se interrogaba consigo mismo si era conveniente ir, su madre le dijo que no fuera, que allá lo iban a comer los Attɨm, pero el hijo con seguridad decía que eso no iba a pasar, y dijo voy a aceptar la invitación.

Se fue de pesca nuevamente, y se fue tras ellos, llegaron a casa. En la casa no estaban los padres, se habían ido todos a la finca (sau-selva,caceria), en el regreso ya en el atardecer sus padres llegaron, la hermana la más pequeña les dijo como en bromas, que la hermana había atrapado un mono (waya), grande. ¿Es verdad?!!! preguntaron la familia, el padre dijo, si han atrapado pueden sacrificarla para comer, la joven mujer dijo que no era cierto, al día siguiente se fueron todos a la finca a excepción de la abuela que se había quedado, los demás se fueron, la abuela entonces le dijo que si era cierto, quería verlo, que es lo que había atrapado, la bella mujer en principio no quiso, pero la abuela insistió y con confianza le dejo ver, la abuela estaba sorprendida, que lindo!!!, eso está bueno tenerlo aquí en casa, no está de comer, al joven lo cuidaban con chontaduro, y lo tapaban en el bunque, (forma de canoa, recipiente de guarapo), al día siguiente se quedó el padre, y le dijo a su hija, es cierto que atrapaste a un waya, déjame verlo, quiero verlo, con temor le mostro a su padre, lo levanto del bunque, y también dijo, ahh que bonito,!!! Establecieron dialogo, le pregunto dónde vivía, le respondía, atrás de las colinas, no deberíamos comerlo dijo el padre, y termino diciendo a su hija, déjalo libre no lo esconda. Después de lo sucedido, el joven decidió volver a casa, y visitar a su madre que se había quedado sola.

La madre no estaba bien, estaba preocupada, ya que no regreso a casa, pensaba que lo habían comido.

El hijo visito a su madre para decirle que estaba bien, que no se preocupara, y que había conocido a otras familias, que lo cuidaban, Decidió volver donde la joven, la madre le advirtió que tuviera cuidado, lo van a comer decía!!, entonces dijo que no iba a pasar eso, todo estaba bien, lo habían tratado muy bien.

La bella mujer la espero en aquel lugar donde se habían visto por primera vez, esta familia se dice que tenía mucha riqueza, oro, por cañatu, todo alrededor de su casa, entonces una vez le dijo el padre de la joven, que donde era que conseguía ropa con la que usted se ha vestido, yo también quiero. El joven respondió, que lo conseguía lejos, lo compraba a cambio de un cañatu, entonces le dijo que le hiciera ese favor, y así fue que le envió a comprar con un cañatu, al regreso, la joven lo esperaba en el mismo lugar con comida, al ver ropas, la familia estaban felices, y nuevamente le dijo que fuera a comprar más para toda la familia, esta vez también decidió hacerle ese favor, esta vez afuera, en el lugar donde solía comprar, lo interrogaron y lo atraparon, ya que el vendedor le había informado a las personas que tenían arma, le dijeron ¿de dónde eres?, ¿dónde vives?, ¿de donde es que traes todo eso!!?, llévenos, muéstrenos el camino, así fue que los condujo hacia el lugar donde Vivian esta familia, la bella joven lo esperaba en el rio sin saber lo que iba a acontecer en el mismo lugar, desafortunadamente la mataron a la bella joven sin ningún compasión, y siguieron hasta la casa como si nada grave había sucedido, cuando llegaron al sitio, en su momento de descuido y sorpresivo, los mataron a todos, a excepción de un niño que se escapó, aquel joven vio que toda la riqueza se lo llevaron, a él, lo dejaron con vida.

Aquel niño había llegado donde otra familia Awá, al ver que el niño estaba solo, lo cuido, lo invito a vivir como si fuese su hijo, cuando recorrían las montañas, dialogaba lo que había sucedido con su familia, y se preguntaba donde vivirán mis tíos?, quisiera ir a verlos, me recibirán bien?, además el decía que quería buscar una hoja con la cual su familia trabajaban (ritual sagrado), y andaba en busca de ello, me conocerán?, tal vez me comerían?, se escuchaba decir a aquel niño attɨm, en el transcurso del camino El hombre Awá escucho decir al niño, ahh!! Esta es la hoja con la que mi padre se convertía en ñankara, culebra, árbol, tigre, y así iban lejos, donde tu quieras, el Awá solo camina sin darle mayor atención a lo que decía, de repente el hombre Awá se dio cuenta de que el niño no le estaba siguiendo, se había quedado atrás, se detuvo y retrocedió a verlo, ya no estaba, no lo volvió a encontrar, se había ido.

Dentro de unos tiempos le contó que había encontrado a sus tíos, y él le decía: el tío mayor me recibió bien, muy bien, los otros tíos menores, estaban molestos, y casi me mata a flechazos, porque el tío mayor me había propuesto regalar una pequeña porción de tierra para que viviera allí, pero los demás no estaban de acuerdo, por todo ello el niño que se había hecho joven con el tiempo se había ido a vivir a otro lugar bien lejos, para no perturbar la vida de sus tíos, según se dice hacia Caquetá, que allí vivía con mucha familia, quizás fue el quien les enseño mucha sabiduría, termino diciendo aquel que me narró la historia.

Narrado por:Laureano Pascal. 
Escrito por: Javier Ramiro Wanga Pascal.
Fecha y Lugar: 02 de Mayo de 2015, comunidad predio el verde