conversando con el abuelo Julio en el rio Alpi (2019)

Historia del origen ɨnkal Awá, nuestro fundamento de resistencia y permanencia en el territorio.
En una noche retomamos el diálogo con el Abuelo Julio García de la comunidad de Alto Albi, como en aquellos tiempos nuestros ancestros lo hacían, en medio de la sonrisa, el sonido armónico del rio que despertaba sensibilidad y conexión con nuestros abuelos(a) el abuelo narró de dónde venimos los AWÁ, de donde surgimos los AWÁ, porque nos llamamos ɨnkal Awá.

En la antigüedad, mucho antes de que existiésemos, un día como hoy, caminaba el ɨnkal Awá en su territorio, todo era tranquilo, solo vivian espíritus, aves, animales, plantas, árboles, todo lo que hay en la madre tierra.

El primer hombre lo conocemos como Attɨm, tɨpuh ɨnkua,(mujer barbacha que vive en lo alto de los árboles) aquella que vive en el árbol, es una mujer, tiene los cabellos largo, en una buena tarde se sienta a peinar, “î aish, pia aishkana”, (el cabello de ella es como el maíz), los mayores lo conocieron, todos sabían dónde vivía, vive en el árbol grande, allí es su casa, allí es donde vive, nuestros padres, abuelos nos exigían no jugar con el bejuco y me preguntaba y decía: “yo no lo veo, ¿donde estará?, como todo niño no sabía, cuando desobedecía, nos regañaban. Nuestros padres al ver dicha diversión de volar o colgarnos sobre el bejuco, nos la cortaba. Me acuerdo mucho que jugábamos en la guandera,(bejuco colgado en el árbol), y asi nos hemos crecido. La mujer barbacha es un espíritu de la selva.

Cuentan los abuelos sobre Attɨm Awá, aquella persona que tenía capacidad de convertirse, él tenía la capacidad de convertirse en pájaro, culebra, el Attɨm en ese momento se encontraba volando en la guandera, y entonces en ese momento lo alzó, a lo alto del árbol, es era Attɨm papish, (el padre de los Attɨm), la mujer barbacha lo vio volando en la guandera, entonces lo atrapó, no lo dejo bajar, lo amanso, se convirtió en esposo, después de un tiempo tuvieron un hijo, cuando nació el Awá, la mujer barbacha agarró barbacha (musgo) del mismo árbol, lo ató bien adentro, y lo colgó en las ramas de aquel mismo árbol, paishpane ( el niño) se alimentaba, o chupaba lo que llovía, bebía agua de barbacha, (absorbía). La madre no daba de amamantar, se alimentaba de ello, cuando quedó pesado, cayó a la tierra, no murió, resistió, desbarato, rompió, lloraba, pero ellos no le ponían cuidado, se quitó la barbacha envuelto en su cuerpo, se fue creciendo poco a poco, la barbacha quedo algo en el brazo, el cabello y en las partes íntimas. Dentro de ocho meses, nació otro, esta vez fue niña, ya el otro ya era más grandecito, caminaba, vivía debajo del árbol, cuando el árbol es bien grande es seco, allí vivía, comía hoja tierna, hoja cogollo, cuando vio caer, fue a recoger, le ayudo a quitar la barbacha, no le arranco todo, lo dejo y quedó con cabello largo, ellos ya eran Attɨm, cuando ya eran más grande, llego Dios con dos colinos de plátano, les dijo que sembraran. Cuando ya esté listo para comer, tendrán un hijo, cumplieron lo que habia dicho, cuando el plátano estaba listo, llego el momento de comer, sintieron que era exquisito, probaron por primera vez lo dulce. Nuestros abuelos son los sindawa, aquellos hijos de Attɨm y la barbacha, después de ellos somos los Awá. Somos ɨnkal Awá, en el monte hemos nacido, allí vivimos, somos seres de la montaña.

Lugar: Alto Albi.
Fecha: 14 de julio 2016

Mainkin Awá pit pianmika, Narrador de la memoria ancestral Awá: Julio García Pascal Investigación: Javier Ramiro Wanga Pascal.