Voy a
compartir una reflexión sobre lo que nos está pasando en la nueva generación,
donde nos encontramos encrucijados por nuevos paradigmas, conceptos de vida que
nos venden en propagandas en los medios masivos de comunicación, en la cual se
genera el desarraigo que percibimos a diario en el relacionamiento con el mundo
externo, se hace evidente el olvido sobre lo que somos, desea introducirse a
como dé lugar y establecerse en nuestra mente nuevos desafíos, en donde
terminamos desconociendo y reemplazando por conceptos que nos hacen creer de
una manera distinta a lo que acostumbramos ser, es de entender que nuestro
contexto ha cambiado, ya no nos interesa de dónde venimos, estamos siendo
forjados para entender el pasado, se pierde con el tiempo la noción de por qué
caminamos, estamos frente a una crisis cultural lleno atajos, pero que estamos
llamados a buscar nuestro camino para trazar nuestro destino y no dejarnos
doblegar por un sistema creado para homogenizar las diversas culturas, nos
encontramos frente a dichos desafíos que sin duda podemos entender y avanzar.
Agradezco
en primera instancia, a aquellas personas que en sus épocas fueron niños, en
aquellos bellos momentos que eran jóvenes, las mujeres, hombres, y en el que
algunos hoy son líderes entregados a la causa por la vida de un pueblo; en
defender el patrimonio sagrado de nuestros ancestros, como es la lengua materna
de la selva, el pensamiento, nuestra cosmovisión, en fin, cada árbol, cada
sonido de los pájaros, cada arrullo de sonido de ríos, de insectos hasta los
más pequeños de la tierra, las lluvias, nubes, plantas, médicos tradicionales,
gobernabilidad bajo principios ancestrales, son los mayores encargados de
transmitir y salvaguardar la memoria del pasado, son nuestros consejeros, que
nos orientan, y lo más melódico es escuchar sus experiencias de largos procesos
de lucha; en la cual ha sido constantes valores como la tolerancia,
persistencia en medio del cansancio, hambre, pero que han seguido adelante
acompañados de la lluvia, sonido del trueno, que hacen recordar y hablar de las
historias sentida, vivida, y que son memoria viva que nos hacen recordar y son
nuestro símbolo de fortaleza, es el proyecto de vida de un gran pueblo que se
construye y fortalece.
Agradezco a
aquellos compañeros que han tomado este camino responsable de velar entre todos
la seguridad, a que todo lo que aún tenemos sea preservado para nuestras
futuras generaciones.
Donde en
aquellos tiempos el consejo era sabio, práctico, la naturaleza aún más sabia y
sana, en aquellos niños y jóvenes que solían disfrutar de la belleza natural,
nadar con tranquilidad, sonreír con libertad, caminar con libertad, disfrutar
de la noche con descanso, remediando de los errores y aprendices para el día
siguiente.
Saludo a
aquellos hombres y mujeres, madres, mayores que supieron guiar a sus hijos para
que cuiden la naturaleza, de cuidar a nuestros hermanos (a), a aquellos
ancestros que se pusieron en la tarea de enseñar hablar el idioma Awapit, de
hablar sin agredir, y que aquello nace desde las profundidades de la selva,
aprehendida a través del diálogo mutuo, de las transmisiones otorgadas para el
bienestar de un mundo en la que vivimos.
Saludo a
aquellos que en aquellos tiempos hombres y mujeres solían conectarse con los
espíritus de la naturaleza y todos sus componentes de cosmovisión ɨnkal Awá.
Saludos a
aquellos niños que en el hoy son jóvenes, emprendedores del buen vivir.
Saludos a
aquellos hombres y mujeres y en el que hoy son mayores, y líderes que
emprendieron este arduo camino, de organizarnos y entendernos aún más, de
avanzar como pueblo Awá, de resistir con sabiduría ɨnkat Awá, de protegernos de
quienes nos quieren socavar, ya sea por la naturaleza, y por la manera de cómo
se promueve una dinámica distinta referida a lo político organizativo.
Mis
respetos a aquellas personas, que vivió en aquellos tiempos donde la historia
era contada con dulzura y era escuchada con atención. En aquellos tiempos donde
trabajaban en minga para sembrar maíz, moler guarapo, secado de brazo, creo que
dichos tiempos jamás volveremos a vivir.
Mi
admiración a aquellas personas que aprendían del abuelo, de la abuela sus
conocimientos, sus valores espirituales, que recibían el mandato natural
sagrado para respetarnos, cada partícula en la tierra es sagrada, pero que
hemos olvidado ese don de velar por el otro.
Mi tesoro
más sagrado son Uds, a cada persona que convive y se encuentra en el camino,
como también el paisaje iluminado de color verde diverso, que frotan desde las
profundidades de la selva, como la nube que sube de haber caído después de una lluvia inmensa,
del cielo, y nos hace sonreír todos los días, cada momento, cada instante, la
necesitamos como el rio necesita de los árboles, como hombre que necesita del
sol, que necesita de las naturaleza, como la naturaleza que necesita del
viento, como aquel hombre mismo, Como aquel hombre que necesita de la lluvia,
de los animales, del rio, del viento, de las nubes, del árbol, de las plantas
que sanan, del sol, del camino, de la mujer u hombre para su existencia y su
procreación, su expresión de unidad, convivencia, tolerancia, honestidad.
Necesitamos
vivir en la naturaleza como aquel niño que necesita el consuelo de su madre
para ser feliz, o para estar triste, o simplemente vivir, como aquel hombre que
vive de la música expresando lo que siente, para que así la vida sea armoniosa
y se nutra de alegría para seguir caminando y enfrentando a toda adversidad
justa e injusta, mala o buena pero es la vida.
Admiro a
aquellos hermanos y hermanas que caminan como recorre los ríos, sangre de
nuestros ancestros, pensamiento, identidad, rasgo... la lengua Awapit nos hace
uno, el tejer el canasto e Higra nos hace una sola familia, el bailar o danzar
la música autóctona, el trabajar en minga nos hace un equipo que busca un
beneficio colectivo. El pensar en cuidar la naturaleza nos hace hermanos, nos
invita a reunirnos. Defender el territorio donde a diario caminamos, pensamos,
trabajamos en minga, cuidar, proteger la naturaleza es visionar en el mañana,
somos gente de la selva.
El beber y
alimentarnos, de caminar, de trabajar, de convivir, de sonreír en familia, en
comunidad, de vivir un solo planeta llamada tierra, de un mundo que nos cuida y
que despierta a que seamos más responsables de nuestros pensamientos y actos.
Predio el
verde, Resguardo Gran sábalo, 11 de abril 2013- Lugar: IETABA.
Escrito:
Javier Ramiro Wanga Pascal- Secretario Del Cabildo, Resguardo Gran sábalo.