La hoja coca silvestre me detuvo a conversar
Andaba una mañana en medio de la selva y me encuentro una planta de cuyo nombre es conocida como hoja de coca, y de inmediato mi mente se distorsiona. La observo bien y me pregunto. ¿Que significaba para los pueblos milenarios aquella planta?¿ que significa hoy para nosotros?. ¿ por qué esta planta es tan sagrada? ¿ a quien se le ocurrió mencantilizar y criminalizar?. Bueno, lo cierto es que esta planta me puso a conversar solo, me detuvo unos buenos momentos. Lo bonito de todo esto era que no era una planta de coca común y corriente cultivada, era coca silvestre, no era la primera vez que la veía, desde la infancia la había la visto no tan recurrentemente, pero la había visto. Cuando uno está en la selva se los encuentra, me recuerda a los Attɨm Awá, ellos supieron manejarla con sabiduría sin llevar al desequilibrio, nosotros hoy andamos jodidos, andamos cesgados de codicia. Llegamos al punto de reemplazar un Sau a tener coca y pensamos que estamos bien, que estamos progresando, llegamos al punto de tener y gozar de la libertad a estar esclavos de nuestros propios actos, llegamos al punto de tener ríos y selvas saludables a condenarnos a la miseria. Teníamos todo, todo en absoluto, el tesoro más grande como la felicidad, la tranquilidad, la comida, la gratitud y el respeto por la vida, lo que llamamos la forma de vida ɨnkal Awá, hoy solo hay vacío en nuestros corazones, decimos que sin coca no podemos vivir, y así otras tantas ideas que se nos perpetuó en nuestra mente y corazón.
Tuve dos momentos en donde me hacían levantar la mirada a la reflexión:
1. Conversaba con mi amigo Julián Venegas que en paz descanse, y teníamos sobre la mesa ideando el caminar Awá, el tiempo Awá, sobre el calendario Awá a implementarse en los procesos educativos, y entonces me dice: - Uds los Awá no andan en su calendario propio, ahora Uds obedecen a un calendario ajeno, a un horario cocaquelero. Nos reíamos, le dije que era muy cierto, proseguí diciendo que por ello nuestras tradiciones hoy vienen perdiendo fuerza, a qué horas conversamos sobre la belleza de nuestro mundo Awá, sobre las historias que aquí están y se nos muere, en fin.
2. Estaba en mi Sau un atardecer con un hermano Awá, conversamos sobre los aconteceres de la cotidianidad y entre esa conversa exclamó: - Tienes una hermosa finca, deberías de cultivar coca. Solo me reí con tristeza, no se como se ríe con tristeza.
Que tan maluco andamos, ya nada de esto se puede conversar por qué sencillamente se ha perdido el mirar con sabiduría. Que bonito fuera que prevalecieran las viejas costumbres, los viejos pensamientos, los viejos truques de siembra, donde vivír en la selva no sea sinónimo de pobreza.
A inicios de este año, tuve el privilegio de escuchar a un mayor de andadas experiencias: - Los jóvenes de hoy, los niñ@s de hoy, la familia de hoy no saborea el asado de maduro, el maíz, no conocen qué tiempo debemos sembrar, y entonces nuestros hij@s sufren hambre, se olvidó el sembrar y el trabajar en nuestro sau, consumimos alimentos que traen de otros lados y así andamos de aquí para allá.
La hoja de coca silvestre me hizo hablar, me hizo pensar y ahora escribir, por qué prefiero hacer esto que estar bajo dominio de un mundo esclavizante que arruina vidas y culturas. Ojalá podamos tener la oportunidad de ahondar en los diálogos para mantenernos vigorosos en nuestras tradiciones que es el camino del buen vivir de los pueblos.